jueves, 22 de noviembre de 2007

Yo mismo me digo que no...

Para que necesitaría a alguien más
si yo mismo me digo no...
a la hora de ser quien debo ser
a la hora de ser quien no soy

Nunca hubo un común acuerdo. Simplemente, se me impide ser algo más... avanzar un solo paso, o retirarme de jugar. No hay regla alguna, no hay explicación... ni a la hora de levantarse, ni al momento de la pasión.

No creo necesitarte
no te buscaré ya jamás
si yo solo me niego siempre
incluso, a la hora de amar

Lo lamento, no hay opción, ni segunda oportunidad. Lo que viene ya pasó, es un deja vú, un giño nomás, del monstruo que llevo dentro, de lo que te libraste... Isolda de Laplace

Hay unas cuantas frases
que te quiero dedicar
a tí Psique querida
a tí púrpura de mar

No te necesito... no te voy a obligar.

1 comentario:

Solecin dijo...

Suele suceder que no necesitamos enemigos, que comunmente no nos hace falta un gobierno represor, una madre castrante, un amor tormentoso, un grillete en el talón, un enemigo acérrimo. Nos bastamos a nosotros mismos para hacernos la vida imposible.

Nos decimos "por favor déjate en paz", sin escucharnos. Y a veces, incluso, nos dejamos abandonados en cualquier terminal. Y nos miramos desde la ventanilla. Y agitamos la mano sonriéndonos con tristeza.

Eterna pelea bipartita.

me gustó este texto, y en general tu blog.
Saludos