miércoles, 25 de julio de 2007

Momentos a la medida


Hoy no cesa de llover en la urbe, hay inundaciones, encharcamientos y peatones mojados(yo, uno de ellos) por los graciosos automovilistas; así mismo se hunden las casas, no hay agua en Ixtapalapa, el gas escacea por falta de pago y nadie está conforme.

Esto da cuenta de una cosa, hay un momento a la medida para cada quien.

Para el vagabundo enfrente del Oxxo, la mañana es cálida y le permite dormir la mona a gusto semi-desnudo; al transeute con prisa, el tránsito congestionado le da oportunidad para atravesar las calles en su carrera frenética hacia el checador que lo espera en la oficina. Y al cocinero chino la falta de gente lo anima para salir a la calle a fumar y platicar(en su corto y difícil dialecto) con el valet parking.

Es un presente definido por la pura casualidad, y cada uno le da el uso o desuso que se le venga en gana, sin penas ni preocupaciones; sin etiquetas ni prejuicios. El momento surcido de tiempos y estampado de gente en derredor da cavida a una sola cosa: a ser dueño y amo de la propia suerte.

El existencialismo es inherente al humano, y más al homínido social alojado en la grandeza de una "Capital en movimiento"; no hay mas esperanza que la formada por la propia mente. Y los mítines en el zócalo. Tal vez.