sábado, 7 de febrero de 2009

07/02/09

Mil cosas, mil cosas.

Si, y ¿Bueno? Hay alguna forma de saberlas, supongo. Porque yo sigo suponiendo también mil cosas, y tan mil cosas que no puedo siquiera ordenarlas en mi cabeza para dejar de preocuparme al menos diez minutos, o por la noche. Las "mil cosas" me están haciendo pedazos. ¡¡Sábelo Genteniña!!

¿Qué debo pensar?¿Debo hablarte o no?¿Aún podré verte, o me dejarás esta vez esperando ahí?¿Huirás? No tengo idea y me frustro, me revientan los nervios... y tu estás en algo más. En algo que no puedo tocar siquiera con una vara, en algo que a mi pareciera no incumbirme y me mantienes al margen. Vale, lo acepto. Sigue tu vida.

¡Pero no me dejes al aire!

Estoy molesto ¿tú lo estás?
Estoy alterado ¿te molesta algo?
Acá pasan las tardes en blanco ¿hiciste algo hoy?
¿Cómo me entero?
¿Merezco enterarme?

Necesito saber, si, yo. Porque ahora me detengo a pensar antes de decir "nosotros". ¿Aún lo somos?¿Lo seremos? Y dejando cursilería aparte: ¿¡Qué pasa con contigo!? No tengo señales tuyas y yo trato de darte cada paso mío. Porque eso era lo que ocurría en un principio, por que sentía que eso estaba bien para ambos, porque eso se sentía bien. ¿Ahora?¿Dónde?¿Cuándo? Dame luz, solo una poca. Dime que pasa. Dime algo.

No se si es mi paranoia, si estoy cayendo en lo aprehensivo de lo que me quejaba, si simplemente es un lapso. Estoy preocupado, porque no se. 

Porque siento algo por ti. Algo que no se sentía antes.
Y no se como reaccionar.
Dime algo.
Dame luz.